Me he hecho un corte en el dedo índice de la mano izquierda, ¿cómo?, no tengo idea, posiblemente con algún papel. El corte es pequeño, minúsculo me atrevo a decir, insignificante si quieren pero, como todo lo insignificante, me produce un dolor terrible. No me percaté del corte si no hasta que fui a darme una ducha en medio de la noche, algunos vicios se nos quedan de por vida, yo prendí en el hospital psiquiátrico que el mejor pasatiempo es una ducha a la media noche y desde entonces tengo que pelear con mi padre porque la llave de la regadera se enciende sin falta cada que el reloj marca las doce. El agua de mi regadera es caliente, a diferencia de la del hospital, se siente agradable, excepto por el dolor punzante que me provocó al entrar por la pequeña herida en mi dedo índice de mi mano izquierda. Hay ciencia detrás de por qué los cortes con papel duelen más que las que hace una navaja: El corte es tan pequeño que no sangra, y al no sangrar queda expuesto al aire y los elementos por lo cual las terminaciones nerviosas están mas sensibles. Me sorprende no haberme dado cuenta de que me corté el dedo si no hasta que me ha entrado agua a la herida, posiblemente fue por que un corte con papel no sangra... La sangre, el espectáculo morboso de la sangre me agrada, hace cinco años no me corto con la navaja... Y aún así, es la insignificancia la que me causa dolor...
Repasando mi vida me encuentro con que es la insignificancia lo mas terrible de la condición humana, poder entender que somos nada en un infinito universo es una realización tan aterradora que despierta en nosotros el instinto de pelear o huir, ¿yo?, yo soy de los que huyen, hace quince años quise huir de este plano, por alguna razón me siento ajeno a todo lo que l gente llama como "realidad"... No sé si explicarme...
Tenía diez, tal vez once, veía una película de Kung-Fu de esas que me gustaban y fue el primer día que lo percibí, el terror, el abismal terror de lo desconocido, de saberse ajeno al mundo, extraño a todo lo que te rodea. Hasta ese día mi vista solo me había servido para observar al mundo como si nada extraño sucediera, eran cámaras de vigilancia para estar pendiente de mi ambiente, mi entorno, pero ese día, como si me hubieran desvelado la verdad, entendí que lo que podía ver era ajeno al concepto de la realidad misma. ¿Por qué los aparatos de televisión son cuadrados? ¿Por qué los humanos parecemos monos? ¡¿Qué son los colores?! ¡¿CUAL ES LA RAZÓN DE LOS COLORES?! ¡¿QUÉ SENTIDO TIENE TODO EL UNIVERSO OBSERVABLE?!
Miedo, miedo es lo que me invadió mientras estas preguntas destrozaban mi cerebro de diez, tal vez once años que hasta hacía unos pocos segundos veía una película de Kung-Fu de las que tanto me gustaban... Salí corriendo a la falda de mi mamá con la persistente impresión de que lo que podía ver, sentir. oír, oler, no era real.... Se abrió ante mi la percepción de que salté de un plano donde la realidad era consistente y caí aquí donde nada tiene sentido... Y no sé si lo que escribo tiene sentido...
Pienso todo esto mientras me lavo el cabello y cae shampoo sobre la pequeña herida en el dedo índice de mi mano izquierda y me duele como solo las cosas insignificantes duelen... Recuerdo la semana en la que mi abuela murió, tuve que forzarme a llorar en su funeral, lo sentí como una obligación por mas que mi padre siempre dice que no debo de llorar a los muertos, mi llanto falso fu el único tributo que pude dar a alguien que me dio mi nombre y aun así, unos días después, mientras me encontraba sin un céntimo y luego de haber recorrido toda la ciudad para comprar papel para un proyecto artístico de la universidad, luego de haberme quedado sin un duro, al haber encontrado el papel y darme cuenta que tendría que escoger entre comprarlo o volver a casa a salvo y no tener que caminar veinte kilómetros, al darme cuenta que no tenía saldo de celular para llamar a alguién que me hiciera un favor, al saber que no tengo a nadie a quien pedirle un favor, al recordar que había pasado los últimos años alejándome de todos, que la única persona que siempre me aceptó tal cual soy estaba seis metros bajo tierra... entonces, me senté en la acera y lloré de verdad... Quizá entender todo esto no fue cosa pequeña, pero que el hecho de no tener para comprar materiales de estudio haya desencadenado tal reacción... no sé, ya no sé lo que digo... Tal vez si estoy loco después de todo...
La gente no entiende lo que es para mi despertar, después de estar inconsciente y si preocupaciones, el abrir los ojos y encontrarme con esta realidad que no entiendo pero en la cual tengo que vivir me produce tal desasosiego que solo cierro los ojos de nuevo. Pulsión de muerte lo llama Freud, o al menos eso entendí cuando intenté leerlo, ¿es eso lo que quiero? ¿morir?, Por semanas una visión de mi cadáver cayendo del techo me ha agobiado, me encuentro hablando palabras que no planeo decir, como si otra persona se lamentara de mi muerte, pero estoy aquí, ¡ESTOY AQUÍ! Estoy atrapado en este mundo del cual no quiero hacer parte, no me represento en nadie, dicen que la aproximación Heggeliana a la existencia se da cuando otros te reconocen, la gente me reconoce pero, ¿me reconozco a mi mismo? Añoro el sueño con todo mi ser, deseo fundirme en esa inconsciencia por siempre, abandonar todo, no ser... No sé que estoy diciendo... Me quiero arrancar los ojos...
Salgo de la ducha, el pequeño corte en el dedo índice de mi mano izquierda arde y duele como las cosas insignificantes, como yo, que soy insignificante.